La diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos metabólicos, que comparten la característica común de presentar concentraciones elevadas de glucosa en la sangre (hiperglicemia) de manera persistente o crónica. La American Diabetes Association, clasifica la diabetes mellitus en 3 tipos: la diabetes mellitus tipo 1, en la que existe una destrucción total de las células , lo que conlleva una deficiencia absoluta de insulina; la diabetes mellitus tipo 2 o no insulinodependiente, generada como consecuencia de un defecto progresivo en la secreción de insulina, así como el antecedente de resistencia periférica a la misma; la diabetes gestacional, la cual es diagnosticada durante el embarazo; y otros tipos de diabetes ocasionados por causas diferentes. La causan varios trastornos, siendo el principal la baja producción de la hormona insulina, secretada por las células βde los Islotes de Langerhans del páncreas endocrino, o por su inadecuado uso por parte del cuerpo, que repercutirá en el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas. La diabetes mellitus y su comorbilidad constituyen una importante causa de preocupación en salud pública.
Los síntomas principales de la diabetes mellitus son emisión excesiva de orina (poliuria), aumento anormal de la necesidad de comer (polifagia), incremento de la sed (polidipsia), y pérdida de peso sin razón aparente. En ocasiones se toma como referencia estos tres síntomas (poliuria, polifagia y polidipsia o regla de las 3 P) para poder sospechar diabetes tipo 2 ya que en su mayoría son los más comunes en la población. La Organización Mundial de la Salud reconoce tres formas de diabetes mellitus: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional (ocurre durante el embarazo), cada una con diferentes causas y con distinta incidencia.
Para el año
2000, se estimó que alrededor de 171 millones de personas eran diabéticas en el mundo y que llegarán a 370 millones en 2030. Este padecimiento causa diversas complicaciones, dañando frecuentemente a
ojos,
riñones,
nervios y
vasos sanguíneos. Sus complicaciones agudas (
hipoglucemia, cetoacidosis, coma hiperosmolar no cetósico) son consecuencia de un control inadecuado de la enfermedad mientras sus complicaciones crónicas (cardiovasculares, nefropatías, retinopatías, neuropatías y daños microvasculares) son consecuencia del progreso de la enfermedad. El
Día Mundial de la Diabetes se conmemora el
14 de noviembre.
Según datos de la OMS, es una de las 10 principales causas de muerte en el mundo.
Los pacientes con Diabetes
tipo 1 forman parte de los
“Grupos de riesgo” que obligan a la evaluación exhaustiva de la presencia de una posible Enfermedad Celíaca asociada subyacente. La Enfermedad Celíaca no se trata de una enfermedad digestiva sino
autoinmune multisistémica, por lo que la
evaluación completa en busca de una posible Enfermedad Celíaca es de gran importancia para lograr una mejor evolución de los pacientes y para la prevención de complicaciones futuras. La diabetes mellitus era ya conocida antes de la era cristiana. En el
papiro de Ebers descubierto en
Egipto y que data al
siglo XV a. C., ya se describen
síntomas que parecen corresponder a la diabetes. Fue
Areteo de Capadocia quien, en el
siglo II de la era cristiana, le dio a esta afección el nombre de diabetes, que significa en griego
correr a través, refiriéndose al signo más llamativo que es la eliminación exagerada de agua por el
riñón, expresando que el agua entraba y salía del organismo del diabético sin fijarse en él.
La diabetes viene ya desde muchos años, esta presentaba
síntomas como orina frecuente, sed constante, hambre excesiva, entre muchos otros.
En el siglo II
Galeno también se refirió a la diabetes. En los siglos posteriores no se encuentran en los escritos médicos referencias a esta enfermedad hasta que, en el siglo XI,
Avicena habla con clara precisión de esta afección en su famoso
Canon de medicina. Tras un largo intervalo fue
Thomas Willisquien hizo una
descripción magistral de la diabetes, quedando desde entonces reconocida por su
sintomatología como entidad clínica. Fue él quien, refiriéndose al
sabor dulce de la
orina, le dio el nombre de diabetes mellitus (sabor a miel).
En 1775
Dopson identificó la presencia de
glucosa en la orina. Frank, en esa época también, clasificó la diabetes en dos tipos: diabetes mellitus (o diabetes vera), y diabetes insípida (porque esta última no presentaba la orina dulce). La primera observación
necrópsica en un diabético fue realizada por
Cawley y publicada en el “
London Medical Journal” en 1788. Casi en la misma época el inglés
John Rollo atribuyó la dolencia a una causa gástrica y consiguió mejorías notables con un régimen rico en
proteínas y
grasas y limitado en
hidratos de carbono. Los primeros trabajos experimentales relacionados con el
metabolismo de los
glúcidos fueron realizados por
Claude Bernard quien descubrió, en
1848, el
glucógeno hepático y provocó la aparición de glucosa en la orina excitando los centros bulbares.
En la segunda mitad del siglo XIX el gran clínico francés
Bouchardat señaló la importancia de la
obesidad y de la
vida sedentaria en el origen de la diabetes y marcó las normas para el tratamiento dietético, basándolo en la restricción de los glúcidos y en el bajo valor calórico de la dieta. Los trabajos clínicos y
anatomopatológicos adquirieron gran importancia a fines del siglo pasado, en manos de
Frerichs,
Cantani,
Naunyn,
Lanceraux, etc. y culminaron con las experiencias de
pancreatectomía en el perro, realizadas por
Josef von Mering y
Oskar Minkowski en 1889. La búsqueda de la presunta
hormona producida por las células descritas en el
páncreas, en 1869, por
Langerhans, se inició de inmediato.
Hedon,
Gley,
Laguesse y
Sabolev estuvieron muy cerca del ansiado triunfo, pero éste correspondió, en 1921, a los jóvenes canadienses
Banting y
Charles Best, quienes consiguieron aislar la
insulina y demostrar su
efecto hipoglucemiante. Este descubrimiento significó una de las más grandes conquistas médicas del siglo XX, porque transformó el porvenir y la vida de los
diabéticos y abrió amplios horizontes en el campo experimental y biológico para el estudio de la diabetes y del
metabolismo de los
glúcidos.
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